La escucha activa es la disciplina de escuchar para poder entender el punto de vista del que nos habla, de ponernos en el lugar de la otra persona y ver las cosas desde su perspectiva. Es una técnica donde escuchamos de una manera para poder parafrasear o resumir en nuestras propias palabras lo que la persona dice. Escuchamos, y respondemos con una paráfrasis o un resumen de lo que la persona dijo y siente. Ejemplo:
Amigo: “Mañana me van a amputar la pierna. No puedo soportar la idea de ser media persona, o lo que dirán de mí.” Consejero: “Estás preocupado que no serás la misma persona, qué estarás incompleto o inferior…” Amigo: “¡Exactamente!” |
La escucha activa es una técnica que usan los buenos consejeros. En parte es una buena disciplina para mantener nuestro enfoque. Pero además, tiene la ventaja de estimular a la otra persona a compartir con más confianza, porque la persona se da cuenta, “¡Alguien me entiende!”, y se anima. |
Otra parte importante de la escucha activa es hacer preguntas para aclarar lo que dicen y sienten:
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En la escucha activa, escuchamos a la persona, no solamente al tema. Si alguien dijera a su pastor, “Pastor, he estado pensando en este texto. ¿Qué significa?”, hay dos posibles respuestas. El que sólo escucha el tema dirá, “El texto significa x”. El que escucha a la persona dirá primero, “Parece que este texto te inquieta. ¿Qué es lo que sientes cuando lees este texto?” para responder no sólo a la pregunta sinto también a la inquietud o situación detrás de la pregunta. |
Como mencioné al inicio, la escucha activa es una disciplina, así que se requiere práctica y repetición para adquirirla. ¿Con quién podrías practicar esta habilidad? |