El texto bíblico clave acerca de la autoestima es Romanos 12.3:
«Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.» (NVI)
Cuatro factores humanos que afectan la autoestima
- El grado que fuimos consentidos o neglegidos cuando éramos niños. Los niños consentidos por lo general desarrollan una autoestima inflada (demasiado alta). Los niños neglegidos por lo general desarrollan una autoestima desinflada (demasiado baja).
- El grado que vimos y nos asociamos con los buenos ejemplos – nuestros padres, buenas personas, héroes de libros y películas, etc
- Cuanto fuimos alabados o insultados a través de nuestras vidas. La adulación de otros acerca de nosotros, sobre tiempo, tiene la tendencia de elevar nuestro autoestima, mientras los insultos, sobre tiempo, tienen la tendencia de bajar nuestra autoestima.
- La relación entre nuestras expectativas para nuestras vidas, y nuestra capacidad de lograrlas. Por ejemplo, si nuestras expectativas no son realistas, si exigimos cosas de nosotros mismos que son imposibles de lograr, nuestra autoestima bajará porque nunca logramos nuestros objetivos.
DPCCC “Self-esteem”, 1132