Orar acerca de lo que haces o tienes que hacer. Pedir la ayuda de Dios, y comprométete a cumplir la tarea delante de él |
Tomar un breve descanso (5, 10 minutos) para estirar las piernas. |
Comprometerte a trabajar por un tiempo limitado, y hasta usar una alarma para avisarte que el tiempo se acabó. A veces el hecho de comprometernos a un tiempo limitado nos parece menos intimidante que comprometernos a trabajar hasta que terminemos. Y a veces esta estrategia nos ayuda a superar la intimidación, y decidimos trabajar hasta terminar. |
Recordarte que el cumplimiento de tus tareas y responsabilidades son parte de tu amor por Dios y por los demás. |
Usar la música de trasfondo para motivarte para tareas aburridas y repetitivas (pero no cuando tienes que leer o concentrarte). |
Checar tu ambiente para ver si tienes suficiente oxígeno y luz, para ver si la temperatura, tu postura, la cantidad de ropa que andas, son adecuadas. |
Imaginar el resultado final para renovar tu motivación. |
¿Qué puedes usar como recompensa? “Cuando termino, puedo tener o hacer x”. |
Es bueno separar una tarea en sus componentes (las acciones necesarias para completar la tarea) y enfocarnos únicamente en la primera acción, si el proyecto entero nos parece intimidante. |
Concentrarte en una sola tarea a la vez. No te dejes distraer por la urgencia de las demás tareas. |
Recordarte que si Dios te ha llamado a hacer esto, él te dará la gracia para hacerlo, y la tarea misma será una gracia para tí. |
Poner límites a las distracciones - checar el correo electrónico y redes sociales una vez al día, apaga el chat o messenger, está atento al tiempo que pasas en línea o platicando. |