Cuando queremos discernir si una oración es una exhortación (una orden para que el lector haga algo) o una afirmación (una expresión de lo que el autor cree), es importante notar que los llamados a la atención son una mezcla de las dos cosas.
Un llamado a la atención tiene la forma de una exhortación pero la función de una afirmación.
Veamos unos ejemplos sencillos:
En ambos casos, el verbo es imperativo. Son órdenes de fijarse y escuchar, respectivamente. Sin embargo, el enfoque de estas oraciones está en el contenido que el locutor quiere compartir. Los imperativos solo actúan para introducir y enfatizar la importancia de las afirmaciones que vienen después. Los verbos son como alarmas que dicen, en efecto, '¡Oye! ¡Presta atención a los que sigue!'
Así que, estas oraciones funcionan como afirmaciónes, no como exhortaciones. Uno podría resumirlas como afirmaciones, de esta manera: