Esta carta no menciona ni a Cristo ni al Espíritu Santo. Solo menciona a Dios, o al Nombre (7). Los malos no han visto a este Dios (11), pero los creyentes (llamados “la iglesia” (6, 9, 10) y “los hermanos” (3, 4, 9)) son “de él” (11) y hacen las cosas de una manera digna de él (6).
Los creyentes reciben maestros itinerantes (5-8), e imitan lo que es bueno (11).
En cambio, los malos chismean y rehusan recibir a los creyentes itinerantes (10).
"La verdad" (1, 3, 4, 8, 12)
Vivir la vida cristiana es "caminar"
El amor (6)