Si comparamos Efesios 2.9 con Efesios 2.10, vemos que no somos salvos por buenas obras:
pero sí somos salvos para buenas obras, para hacerlas:
Versículo 9 quita nuestra confianza en nuestros actos de bondad para salvarnos, pero versículo 10 nos recuerda que el propósito de Dios en salvarnos es para que produzcamos actos de bondad. Las buenas obras no nos salvan, pero no son opcionales para el Cristiano.