1.20 | de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar. |
3.6 | no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. |
3.7 | También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. |
3.16 | E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria. |
4.1 | Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; |
5.15 | Porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás. |
5.21 | Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. |