Podemos identificar nueve diferentes grupos marginados con quienes Jesús asociaba, según los Evangelios:
Personas marginadas por su estado social inferior
Los leprosos
Las mujeres
Los niños
Los pobres
Personas marginadas por su conducta
Los cobradores de impuestos (también llamados 'publicanos')
Los pecadores
Las prostitutas (llamadas 'rameras' en la versión Reina Valera)
Personas marginadas por su raza
Los Gentiles
Los Samaritano
Los cobradores de impuestos
Los cobradores de impuestos como traidores
Los cobradores de impuestos (llamados 'publicanos') eran marginados por los Judíos porque se consideraban traidores a su propio pueblo. Eran Judíos que trabajaban por los Romanos, cobrando impuestos de los Judíos. Además de ser traidores, eran conocidos por su tendencia de defraudar a otros, cobrando cantidades más altas de lo que los Romanos exigían, para tomar dinero para sí mismos.
Jesús y los cobradores de impuestos
Mateo (o Leví), uno de los doce discípulos de Jesús había sido cobrador de impuestos.
Zaqueo fue jefe de los cobrador de impuestos, y se arrepintió cuando conoció a Jesús. Jesús declaró que la salvación había llegado a su casa. La historia de Zaqueo se encuentra en Lucas 19.1-10.
Jesús contó una parabola donde un fariseo se jactó de si mismo y no fue justificado por Dios, pero un cobrador de impuestos se humilló ante Dios y le pidió perdón, y fue justificado. (Lucas 18.9-14).
Al pasar vio a Leví hijo de Alfeo, donde éste cobraba impuestos. —Sígueme—le dijo Jesús. Y Leví se levantó y lo siguió. Sucedió que, estando Jesús a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, pues ya eran muchos los que lo seguían. Cuando los maestros de la ley que eran fariseos vieron con quién comía, les preguntaron a sus discípulos: —¿Y éste come con recaudadores de impuestos y con pecadores?— Al oírlos, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a justos sino a pecadores. (Marcos 2.14-17)
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? (Mateo 5.46)
—Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. (Mateo 21.31-32)
Los leprosos
(Futuro material)
Las mujeres
Las mujeres en el mundo antiguo
Los hombres del mundo antiguo creían que las mujeres eran inferiores a los varones.
Muchos escritores se refieren a las mujeres como ejemplos de debilidad física
Muchos creían que las mujeres eran responsables por muchos de los pecados del mundo, especialmente la tentación sexual
Sólo hubo unas cuantas excepciones, mujeres respetadas y/o con autoridad en Israel:
Los relatos de Débora y Jael en Jueces 4-5
La leyenda de Judit en el libro de Judit
Algunas mujeres eran oficiales de las sinagogas
Salome Alexandra fue reina de Judea, 76–67 AC
Hubo varias maneras en que el mundo antiguo manifestaba su prejuicio contra las mujeres.
Tosefta: Una de las tres bendiciones diarias de un judío era que daba gracias que no era mujer
Josefo: Las mujeres deben ser sumisas, vivir en seclusión, y atender a las tareas domésticas
Sirac: La maldad de un hombre es mejor que la bondad de una mujer
Las mujeres no podían testificar en juicios legales
Las mujeres no podían divorciar a sus esposos
Las mujeres no tenían acceso a la educación
Las mujeres no podían entrar en el templo en Jerusalén
En las sinagogas una barrera separaba las mujeres de los hombres
Era prohibida enseñar la ley a las mujeres
Las viudas eran las más débiles porque no gozaban de la protección de un hombre. Toda mujer “pertenecía” primero a su padre y después a su esposo.
Si una mujer saliera de su casa sin poner dos velos, era suficiente para justificar que su esposo se divorciara de ella
Jesús acerca de las mujeres
Jesús aceptaba y afirmaba a las mujeres como personas de valor, aunque ellas eran personas de estado social inferior en el mundo antiguo.
Hubo mujeres involucradas en la proclamación del evangelio
En el nacimiento de Jesús (Elisabet, María, Ana)
La mujer Samaritana evangelizó a su pueblo
Las mujeres fueron los primeros testigos de la resurrección
Conocemos a muchas mujeres de la vida de Jesús por nombre
María la madre de Jesús,
Ana,
Elisabet
Marta y María,
María Magdalena,
María madre de Jacobo y José
Juana,
Susana,
Salome,
María esposa de Cleofas
Los Evangelios contienen varios resúmenes acerca de las mujeres que acompañaban a Jesús
Mateo 27.55-56
Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Mateo 27.61
Allí estaban, sentadas frente al sepulcro, María Magdalena y la otra María.
Mateo 28.1
Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.
Marcos 15.40-41
Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé. Estas mujeres lo habían seguido y atendido cuando estaba en Galilea. Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.
Marcos 15.47-16.1
María Magdalena y María la madre de José vieron dónde lo pusieron. Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús.
Lucas 23.49
Pero todos los conocidos de Jesús, incluso las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando desde lejos.
Lucas 23.55-24-1
Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea siguieron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Luego volvieron a casa y prepararon especias aromáticas y perfumes. Entonces descansaron el sábado, conforme al mandamiento. El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado.
Juan 19.25
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena.
Una niña muerta y una mujer enferma en Mateo 9.18-29
Una mujer endemoniada y encorvada en Lucas 13.11-17. Es notable que Jesús la llamó 'hija de Abraham'
Los Evangelios mencionan ocasiones en las cuales Jesús perdonó los pecados de las mujeres
La mujer pecadora que ungió los pies de Jesús, en Lucas 7:36–50
La mujer samaritana, en Juan 4
La mujer atrapada en el adulterio, en Juan 7:53–8:11,
Jesús usó a varias mujeres como ilustraciones positivas en sus enseñanzas
La viuda de Sarepta (Lc 4:26; véase 1 Reyes 17–18);
La mujer canana (Mt 15:21–28; Mr 7:24–30);
La viuda y el juez (Lc 18:1–8)
La parábola de la moneda perdida (Lc 15:8–10)
La prohibición del divorcio era una protección para las mujeres, para que los esposos no pudieran divorciar a sus esposas por cualquier motivo caprichoso
Los niños
Los niños en el mundo antiguo
(futuro material)
Jesús y los niños
Jesús recibía a los niños
Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.» Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí. (Mateo 19.13-15)
Jesús usaba a los niños como ilustraciones del discipulado
Mateo 11.25
En aquel tiempo Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños.
Mateo 18.2-4
Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: —Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos.
Hay un debate acerca de la frase 'recibir al reino como a un niño
Los comentaristas debaten acerca de la exhortación que el discípulo necesita «hacerse como niño» para entrar al reino. ¿A qué característica de los niños se refirió Jesús?
Nuestra interpretación es que se refiere al estado humilde que los niños tienen en la sociedad. Los niños no tenían derechos, poder, o prestigio en el mundo antiguo. Para entrar al reino, es necesario renunciar el prestigio, ser humilde, y poner la obediencia a Dios sobre el estado social de uno.
Los pecadores
Los pecadores en el mundo antiguo
Los contemporáneos religiosos de Jesús menospreciaban a los pecadores y se consideraban mejores que ellos. Se escandalizaron porque Jesús comió y bebió con ellos y dijo que los pecadores entrarían al reino en lugar de ellos (Mt 21.31-32). Vemos estas actitudes a través de los Evangelios:
La forma en que los líderes religiosos criticaban a Jesús por comer con los pecadores. Jesús dijo que venía para rescatar a los pecadores (Mr. 2.13-17, Lc 19.7)
Simón el Fariseo se ofende porque una mujer pecadora llora sobre los pies de Jesús. Jesús usa la oportunidad para enseñarle acerca de la gracia y la gratitud (Lc 7.39-47)
En la parábola del hijo pródigo el hermano mayor resiente la recepción gozoso de su hermano menor (Lc 15.25-30)
En la parábola del Fariseo y el cobrador de impuestos, el Fariseo da gracias que no es un hombre injusto como el pecador
Jesús y los pecadores
Jesús fue conocido por sus adversarios como el amigo de los pecadores.
Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos. (Mateo 11.19)
Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? (Marcos 2.16)
Jesús se asociaba con los pecadores y prefería dirigir su atención a ellos por su deseo de salvarlos.
Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. (Marcos 2.17 / Lucas 5.31-32)
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19.10)
Jesús dijo que los cobradores de impuestos y las prostitutas estaban entrando más fácilmente al reino de Dios que los líderes religiosos, porque eran receptivos a su mensaje.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. (Mateo 21.31-32)
Los Samaritanos tienen sus raíces en los coloniales que el Rey de Asiria trajo para poblar la tierra de Palestina cuando conquistó las diez tribus del norte en 722 a.c. La estrategia de Asiria era de conquistar naciones y trasladar su población a otra tierra para quitar su sentido de identidad.
Eran “mestizos” – una mezcla de sangre judía y gentil. Así que para los judíos, eran inmundos como los Gentiles.
Los Samaritanos construyeron un templo en Gerizim en 322 a.c. que en el tiempo de Jesús era rival al templo en Jerusalén
Su territorio imedía el paso de los peregrinos y otros viajeros judíos entre Galilea y Judea.
En una Pascua entre los años 9 y 6 a.c., los Samaritanos colocaron huesos humanos en el templo de Jerusalén.
Por este último motivo muchos Judíos oraban que los Samaritanos no participaran en la vida eterna.
Jesús y los Samaritanos
Hizo que un Samaritano fuera el héroe de una de sus parábolas (Lc 10)
De los diez leprosos sanados juntos, solo el Samaritano regresó para agradecer a Jesús (Lc 17.12-19)
Habló con la mujer Samaritana en Juan 4 y tuvo un breve ministerio entre los Samaritanos en esa ocasión
Amonestó a sus discípulos cuando le preguntaron si deben mandar que descendiera fuego del cielo sobre algunos Samaritanos inhospitalarios (Lc 9.54-55)
Bibliografía de fuentes consultadas
Davids, P. H. (1992). Rich and Poor. In J. B. Green & S. McKnight (Eds.), Dictionary of Jesus and the Gospels. Downers Grove, IL: InterVarsity Press.
Deppe, D. [Notas de mis clases con él en Calvin Theological Seminary.]