En el Evangelio de Juan, hay un conjunto de imágenes legales: juicio/juzgar, testigo/testificar/dar testimonio, verdad.
En Juan, vemos a Jesucristo actuar como un testigo enviado por el Padre, como un acusado defendido por otros testigos, y como futuro juez de la humanidad.
Un buen ejemplo sería Isaías 41: ¡Callen en mi presencia, costas lejanas! El trasfondo de estas imágenes viene de las profecías donde Dios llama a las naciones, o a Israel, a comparecer ante un tribunal celestial para ser juzgados, o para traer cualquier acusaciones que tienen contra Dios. +
¡Naciones, renueven sus fuerzas!
Acérquense y hablen;
reunámonos para juicio. (41.1)
Expongan su caso—dice el SEÑOR—;
presenten sus pruebas—demanda el rey de Jacob—. (41.21)
Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Jesús menciona a varios testigos que dan testimonio de él: +
Más adelante, según Jesús, habría otros que darían testimonio de Jesús: +
En el juicio de Jesús por Poncio Pilato, vemos la cima del tema del juicio cósmico. Jesús es juzgado por Pilato, pero la ironía es que al rechazarlo, Pilato mismo estaba siendo juzgado.
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Poncio Pilato, el líder y el juez de los Gentiles, sentenció a Jesús a la muerte, a pesar que declarar tres veces que no lo encontraba culpable: +
'La acción de Caiafás, quien representaba la nación judía, y la acción de Pilato, quien representaba al mundo no judío, incluyen a Judío y no Judío igual en el pecado de crucificar la Verdad.'
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A fin de cuentas, Dios anuló la sentencia de los líderes religiosos y Pilato, resucitando a Jesús de la muerte, victorioso sobre sus enemigos.
Fuente: Kostenberger.