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¿Qué quiso decir Jesús cuando habló de no juzgar a otra persona (Mateo 7.1-2)?

  • Muchas veces sucede la siguiente situación:
    • Un Cristiano critica el comportamiento inapropiado de una persona no cristiana.
    • El inconverso responde que Jesús dijo que no debemos juzgar, y que el Cristiano está juzgando al inconverso.
    • ¿Tiene razón el inconverso?
  • El problema es que la palabra ‘juzgar’ tiene varias interpretaciones:
    • Juzgar = criticar una acción, decir que una acción es inapropiada o mala.
    • Juzgar = corregir una persona, decirle que está equivocado o en pecado.
    • Juzgar = Tratar a ciertas personas de una manera distinta porque son inconversos o porque son Cristianos que viven en un pecado
    • Juzgar = Oponerse a las actividades malvadas y usar palabras severas para corregirlos
    • Juzgar = Sentirse superior a otra persona (“Yo soy mejor que tú”)
    • Juzgar = Llegar a una conclusión negativa acerca del destino eterno de una persona, estar seguro que tal persona es sin esperanza y no tiene remedio, y dejar de buscar su salvación
    • Juzgar = Maltratar a una persona porque es diferente
  • ¿Cuáles de las seis interpretaciones arriba son las interpretaciones correctas para el acto de juzgar a otra persona?
    • La primera interpretación no es correcta. A través de toda la Biblia, Dios Padre, los profetas, Jesucristo y los apóstoles dicen claramente que hay acciones malas e inapropiadas. Sería un abandono de nuestras facultades éticas y morales si dejáramos de discernir entre el bien y el mal.
    • La segunda interpretación tampoco es correcta. Muchos proverbios y otros textos bíblicos nos exigen a amonestar a nuestros prójimos cuando están en el error. Juzgar en este sentido no es una señal de desprecio sino de amor, el deseo de rescatar a una persona de sus pecados.
    • La tercerca interpretación de juzgar no es completamente correcta. Sí tenemos diferentes posturas cuando estamos con gente inconversa o con gente Cristiana. Jesús mismo dice que las personas se conocen por sus frutos. El Nuevo Testamento dice que no debemos tirar nuestras perlas delante de los cerdos, nos advierte de las malas amistades que corrompen las buenas costumbres, y dice que no debemos entrar en un yugo desigual con los de afuera del cuerpo de Cristo. Además, el Nuevo Testamento dice que cuando un Cristiano rehusa la amonestación de la iglesia, la iglesia debe tratarlo como una persona inconversa, entregándolo a Satanás para que sea abofetado hasta que regrese arrepentido a Cristo. La disciplina eclesiástica es una forma bíblica de juzgar a una persona. Y la disciplina eclesiástica no es un rechazo de la persona. Tratar a una persona como inconversa significa seguir orando por su salvación, seguir compartiéndole las buenas nuevas de Cristo, seguir rogando que la persona vuelva a los caminos de Dios, y seguir sirviendo y amando a la persona.
    • La cuarta interpretación también tiene cierta aprobación bíblica. Jesús a veces llamó a sus adversarios “víboras” e “hijos del diablo”, y los apóstoles usaban palabras severas para hablar de los falsos profetas. Se oponían con vigor a estas personas malas. Sin embargo, debemos ser cuidadosos y respetuosos. No tenemos la omniciencia que tenía Jesús para ver los corazones de sus adversarios, ni la luz de la revelación directa que tenía los apóstoles en su tiempo. Debemos ser más reservados en cuanto a nuestras palabras acerca de los enemigos de Cristo.
    • Las interpretaciones 5, 6 y 7 son las interpretaciones correctas acerca de juzgar a otras personas.
      • El Cristiano nunca se sentirá superior a otras personas, porque reconoce que todo ser humano es creado a imagen de Dios, y que todos los seres humanos son pecadores que necesitan la gracia.
      • El Cristiano no dirá que no hay esperanza para tal persona. Seguirá anhelando la salvación de la persona, y no perderá su esperanza en el poder de Dios. Dios puede obrar en la persona más terca y obstinada, y no debemos llegar a conclusiones precipitadas acerca del destino eterno de las personas.
      • El Cristiano no maltratará a nadie. Amará no solamente a los suyos, sino a todos, incluso a sus enemigos. Amará a las personas que son diferentes, tal como Jesús amó a los pecadores, las prostitutas, los cobradores de impuestos, los Samaritanos, y los Gentiles.
  • Así que, en la situación mencionada arriba, hay dos respuestas:
    • Si un Cristiano corrige a un inconverso en un espíritu de amor, señalando sus fallas y llamándolo a arrepentirse de sus pecados, el inconverso no puede decir que el Cristiano es culpable de juzgarlo o criticarlo en el sentido negativo de estas palabras.
    • Pero si el Cristiano trata al inconverso como su inferior, si lo maltrata, si deja de amar al inconverso, si decide que el inconverso ya no tiene esperanza y deja de buscar su salvación, entonces el incoverso tiene todo el derecho de mencionar el mandamiento de Jesús de no juzgar, y también tiene todo el derecho de amonestar al Cristiano por su actitud no cristiana.

Fuente

  • Estudio personal del autor.