El uso del resto del Antiguo Testamento en Proverbios
No añadan ni quiten palabra alguna a esto que yo les ordeno. Más bien, cumplan los mandamientos del SEÑOR su Dios. (Deuteronomio 4.2) | Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y te exponga como a un mentiroso. (Proverbios 30.5-6) |
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades. (Deuteronomio 6.6-9) | Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. (Proverbios 3.1-3) Hijo mío, conserva el buen juicio; no pierdas de vista la discreción. Te serán fuente de vida, te adornarán como un collar. Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán. Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo. (Proverbios 3.21-24) Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Grábatelos en el corazón; cuélgatelos al cuello. Cuando camines, te servirán de guía; cuando duermas, vigilarán tu sueño; cuando despiertes, hablarán contigo. El mandamiento es una lámpara, la enseñanza es una luz y la disciplina es el camino a la vida. (Proverbios 6.20-23) Hijo mío, pon en práctica mis palabras y atesora mis mandamientos. Cumple con mis mandatos, y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos. Llévalos atados en los dedos; anótalos en la tablilla de tu corazón. (Proverbios 7.1-3) |
El uso de Proverbios en el resto del Antiguo Testamento
Con sabiduría afirmó el SEÑOR la tierra, con inteligencia estableció los cielos. (Provebios 3.19) | Al que con inteligencia hizo los cielos; su gran amor perdura para siempre. (Salmos 136.5) |
El uso de Proverbios en el Nuevo Testamento
Hijo mío, no desprecies la disciplina del SEÑOR, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el SEÑOR disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. (Proverbios 3.11-12) | Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.» (Hebreos 12.5-6) |
El SEÑOR se burla de los burlones, pero muestra su favor a los humildes. (Proverbios 3.34) | Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.» (Santiago 4.6) Así mismo, jóvenes, sométanse a los ancianos. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». (1 Pedro 5.5) |
Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos. (Proverbios 4.26) | «Hagan sendas derechas para sus pies», para que la pierna coja no se disloque sino que se sane. (Hebreos 12.13) |
Si los justos reciben su pago aquí en la tierra, ¡cuánto más los impíos y los pecadores! (Proverbios 11.31) | «Si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?» (1 Pedro 4.18) |
Pues aunque digas, «Yo no lo sabía», ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a cada uno según sus acciones! (Proverbios 24.12) | Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras». (Romanos 2.6) |
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta, y el SEÑOR te lo recompensará. (Proverbios 25.21-22) | Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.» (Romanos 12.20) |
Como vuelve el perro a su vómito, así el necio insiste en su necedad. (Proverbios 26.11) | En su caso ha sucedido lo que acertadamente afirman estos proverbios: «El perro vuelve a su vómito», y «la puerca lavada, a revolcarse en el lodo». (2 Pedro 2.22) |
Fuente: Schnittjer, G. E. (2021). Old Testament Use of Old Testament: A Book-by-Book Guide. Grand Rapids, MI: Zondervan Academic, p. 566. Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.